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“La enseñanza que deja huella no es la que se hace de cabeza a cabeza, sino de corazón a corazón”. 

Howard G. Hendricks.

 

Tuvieron que pasar varios años para que yo comprendiera realmente esta frase. Cuando somos padres primerizos estamos más preocupados por el cuidado físico y luego por la parte académica de nuestros hijos, buscamos las mejores opciones en su alimentación y educación.

¿Qué pasa con sus corazones?, muchas veces ignoramos a nuestros hijos, no escuchamos lo que nos dicen, no les prestamos atención a sus cosas, y  para ellos son muy importantes. En una ocasión observé cómo un señor reclamaba a la dependienta de una tienda porque no miró a los ojos a un niño que le hacía una consulta sobre un producto que deseaba comprar. Pero pensemos, nosotros como padres muchas veces tenemos actitudes iguales a los de la dependienta, por estar en el celular, en la televisión o hablando con otras personas, llegamos a ignorar a nuestros hijos, esas personitas tan importantes que se forman en cada momento que interactúan con nosotros. La pregunta es ¿Realmente estoy educando su corazón cuando los ignoro?

 La estabilidad emocional en la infancia es parte fundamental para el futuro de una persona, debemos ayudar a nuestros hijos a controlar las emociones, saber expresarse y cómo hacer frente a las situaciones de vida. Tener un yo interior sano, que les ayude a vivir con libertad, siguiendo la voluntad de Dios y de esta forma alcanzar la santidad. Darles grandes dosis de amor porque eso es lo que mueve a nuestros hijos a tener mejores resultados.

¿Cómo enseñar al corazón?

Esta es la pregunta que en lo personal me gusta más, porque sí sé que hacer, todo se vuelve más fácil. Les apoyaré con algunas ideas.

Lo primero y más importante es que nosotros, los papás como primeros educadores de nuestros hijos, debemos aprender a controlar nuestra emociones y reacciones. La oración es fundamental, la meditación a través del examen de conciencia debe ser parte de nuestra vida e identificar las luchas a vencer, nos ayudará a realizar cambios importantes para saber guiar a nuestros hijos.

En el caso de nuestros hijos hemos de enseñarles que todos los sentimientos están bien, lo importante es controlar la conducta a partir de ese sentimiento. Les propongo algunas ideas para conectar con los niños y educarlos directo corazón.

  • Dialogar con nuestros hijos.

Debemos buscar los momentos propicios donde establecer un diálogo con ellos. La hora de dormir es fundamental, a los niños les encanta compartir con sus papás ese momento y están listos para expresarse con naturalidad, también podemos aprovechar la hora de la comida, salir a caminar o buscar momentos especiales en casa.

  • Observarlos y llevar control de sus vivencias.

Les recomiendo comprar un cuaderno de apuntes personales sobre sus hijos, ahí pueden llevar una bitácora de los aspectos más relevantes de la vida de los niños y tomar acciones en base a sus escritos.

  • Realizar depósitos de amor.

Pensemos en el corazón de nuestros hijos como si fuera un banco, realizamos depósitos con las muestras de amor que tenemos hacia ellos y realizamos retiros cuando les faltamos el respecto. Tengamos presente no dejar el banco del corazón con déficit porque eso va a impactar en la vida de nuestros hijos de forma negativa. Nuestra labor es hacer muchos depósitos de amor, construir un banco millonario, sólido y robusto para la vida.

  • Escucharlos con atención.

Verlos a la cara, darles el tiempo, escuchar sus inquietudes. Educar el corazón es darles tiempo de calidad con mucho amor y respeto.

  • Enseñar a gestionar los sentimientos.

La mejor forma de educar es con el ejemplo. Nos corresponde a nosotros mostrar a nuestros hijos cómo podemos controlarnos aún en situaciones de gran conmoción. Dialoguemos con ellos en el momento en que se dan las situaciones, aprovechemos llevarlos a la reflexión.

  • Contarles historias, hacer dibujos o meditar.

Los niños disfrutan el aprendizaje usando la imaginación. Con base en lo que ustedes desean enseñar, cuéntenles historias, pueden inventarlas o bien buscarlas en libros o en la web. Esas mismas historias las pueden ampliar con dibujos, escribiéndolas o dramatizando. Otra opción es enseñar a nuestros hijos a meditar, podemos proporcionarles un cuaderno donde ellos mediten sobre el sentimiento y la reacciones que experimentaron y posteriormente dialogar con papá y mamá sobre lo más relevante de su reflexión.

Educar al corazón es una de nuestras mayores responsabilidades. Como papás debemos estar más pendientes de cada detalle, pero recordemos sobre todo cuidar el corazón de nuestros hijos, si ellos son estables emocionalmente, ellos podrán forjar grandes caminos de éxito en la vida. 

Encomendemos todos estos proyectos a Dios, Él nunca nos deja, Él siempre está al pendiente de sus hijos.