Papás con una visión de vida diferente
Todos sabemos que por más que veamos publicaciones hermosas en las redes sociales, existe una realidad y es que cada día es una lucha y la vamos librando todas las familias.
Lo importante es no desfallecer y saber que no estamos solos. Si otros han podido nosotros también podremos.
Una amiga me decía: “Hay una gran diferencia entre tener un día tranquilo y un día alterado”. Esto se debe al tipo de padres que somos.
Nuestro día se altera porque no dejamos solos a nuestros hijos, se altera porque estamos con ellos y les estamos guiando en todo momento. Es fácil dejar los niños en un aparato y no prestarles atención. Esa es la forma más fácil de tener paz en casa. Lo único es que perdemos la oportunidad de educarlos y guiarlos hacia un futuro mejor.

Cada día nos encontraremos con hijos que no están cumpliendo sus obligaciones o que no obedecen a la primera. Escuché en una ocasión en una charla que los niños tardan 20 segundos en procesar la información y en ocasiones ni la procesan y no hacen ninguna de las cosas que les hemos indicado. Ese es el momento en el que más debemos llenarnos de paciencia o todo se pondrá totalmente caótico en casa.
A la poca ayuda de nuestros hijos debemos sumar que como adultos debemos cumplir con muchas obligaciones como: el trabajo, la familia, el orden de la casa, las responsabilidades de apostolado, los amigos, las enfermedades, las deudas etc., los niños no lo entienden, aunque les repitamos cada día lo mismo, ellos lo que más desean es estar con nosotros y no darán importancia a que estamos librando muchas luchas al mismo tiempo.
Definitivamente la vida no se detiene y cada día debemos seguir adelante, en los días difíciles debemos esforzarnos más, elevar con más intensidad nuestras oraciones al cielo. Solo con Dios podremos lograrlo. En los días tranquilos, no dejemos de orar y dar gracias a Dios por avanzar y librar luchas que nos muestran la madurez de nuestros hijos y que el trabajo que hemos realizado está dando frutos
Seamos papás con una visión de vida diferente. Nuestros hijos nos necesitan para encontrar su camino. La misión más importante que tenemos en la vida es acompañarlos en cada momento y ayudarlos a crecer en cuerpo, mente y alma. Con nuestro hijo menor hemos hecho homeschooling desde el preescolar y nos ha ayudado mucho para lograr su independencia. Él mismo ha marcado las pautas de su vida, desde muy pequeño y nos expresado que él estudiará en Harvard para ser un gran científico. No sabemos si lo logrará, lo que sí sabemos es que cada día nos levantamos teniendo un plan y vamos luchando por lograr una visión de vida.





